EXPERTOS ALERTAN DEL RIESGO SANITARIO DERIVADO DE LA PRESENCIA DE LA ORUGA PROCESIONARIA EN ÁREAS URBANAS

 
? El simple contacto con esta especie, peligrosa para el hombre y muy tóxica para los animales domésticos, puede producir dermatitis, lesiones oculares y fuertes reacciones alérgicas o urticaria
 
? La procesionaria afecta a todo el territorio peninsular y a Baleares y reaparece cada año en primavera
 
? El invierno, mucho más suave y seco de lo normal, ha hecho que este año la población de la oruga procesionaria prospere, adelantado su llegada
 
Madrid, 3 de abril de 2012.- Con la llegada de la primavera, y especialmente  a finales de los meses de marzo y abril, es habitual encontrar en el suelo hileras de orugas llamadas "procesionaria del pino”, Thaumetopoea pityocampa.  Esta especie, peligrosa para el hombre y muy tóxica para los animales domésticos, afecta a todo el territorio peninsular y a Baleares y reaparece cada año al comienzo de la nueva estación, afectando fundamentalmente a los pinares españoles, aunque también puede dañar a otras especies arbóreas como cedros y abetos. Una plaga que ataca por igual a las especies arbóreas que se encuentran en las zonas urbanas, en parques, jardines, colegios, urbanizaciones y áreas residenciales.
 
“El invierno, mucho más suave y seco de lo normal, ha hecho que este año la población de la oruga procesionaria prospere, adelantado su llegada”, afirma la directora general de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta. Esta plaga supone importante riesgo sanitario para niños, adultos y animales domésticos ya que el simple contacto con ella puede producir dermatitis, lesiones oculares y fuertes reacciones alérgicas o urticarias. La oruga procesionaria está rodeada de unos pelos urticantes que se dispersan y flotan en el aire produciendo irritación en la piel, nariz y ojos. Si se produce un contacto directo con la oruga, su pelo se clava en la piel liberando un producto tóxico que genera la liberación de histamina en la persona afectada y, en consecuencia, la reacción alérgica. Por estos motivos, añade la Fernández de Lezeta, “la procesionaria del pino, además de ser dañina para los pinos, puede convertirse en un problema sanitario para las personas”.
 
Prevención y control
 
Los métodos de control habituales para combatir esta plaga son la destrucción de los bolsones, el empleo de trampas de feromonas, la instalación de barreras físicas o el empleo de productos químicos. No obstante, la elección de los mismos, debe efectuarse valorando factores como el ciclo biológico en el que se encuentre la plaga, las condiciones ambientales, el nivel de infestación o la minimización del posible impacto sobre el medio, los animales y el ser humano. Las empresas profesionales de control y prevención de plagas deben ser, por tanto, las encargadas de establecer las medidas de control pertinentes, y por ello, ANECPLA insiste en la importancia de seguir los siguientes criterios a la hora de seleccionar una empresa experta:
 
- La empresa tiene que estar inscrita en el Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Plaguicidas/Biocidas.
- El personal técnico debe estar en posesión del carné oficial que le certifique como especialista.
- Los productos utilizados deben estar registrados y autorizados en la por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
 
Periódicamente, las distintas Administraciones Públicas establecen medidas de prevención en bosques y zonas públicas de las ciudades (vías urbanas, parques y jardines) para frenar y evitar la aparición de esta plaga. Si bien, y al margen de estas actuaciones, la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA) advierte, por su parte, del peligro que entraña la presencia de la procesionaria y aconseja a los propietarios de fincas, urbanizaciones y jardines con este tipo de especies que mantengan los árboles en un estado fitosanitario adecuado para evitar posibles focos de infestación. Especial atención merecerán aquellas zonas transitadas por niños, por lo que la Asociación aconseja a los adultos evitar el posible contacto de los pequeños con las orugas en parques y jardines o zonas de recreo. Los animales domésticos y especialmente los perros están también expuestos, por lo que también se recomienda a los dueños extremar la vigilancia para evitar que sus mascotas se acerquen a este tipo de árboles. Los síntomas que pueden manifestar son: inflamación del hocico y cabeza, picores intensos en las partes afectadas y abundante salivación.
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