EXPERTOS DE CONTROL DE PLAGAS ADVIERTEN DE LA POSIBILIDAD DE NUEVOS CASOS DE MALARIA EN EUROPA A CAUSA DE LA GLOBALIZACIÓN
La malaria o paludismo es una enfermedad grave que se trasmite por la picadura del mosquito Anopheles y que se salda con más de 650.000 fallecimientos cada año, el 86% menores de 5 años. Según el último informe publicado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) en 2010, correspondiente al año anterior, 3,3 mil millones de personas, el 50% de la población mundial está expuesta a esta enfermedad, aunque afecta en mayor medida a los países del Tercer Mundo y, en especial, a los niños (la mayoría en África, y especialmente en la región subsahariana).
Pese a ser una dolencia erradicada en España oficialmente desde hace casi más medio siglo, esta enfermedad se sigue diagnosticando en el sistema sanitario español. Se trata, por tanto, de un problema global que afecta a más de cien países, y que no es exclusivo de las regiones tropicales. En 2010, en España se registró el primer contagio de paludismo desde la erradicación de esta enfermedad en 1964; si bien, se trató de un caso aislado. En otros países europeos como Grecia, el pasado año se registró el primer gran brote en el continente en casi medio siglo, con 61 afectados, que los expertos atribuyeron a fallos en los sistemas de control.
La importancia de una mayor sensibilización, control y colaboración internacional
Con motivo del Día Mundial del Paludismo, que se celebra cada 25 de abril, la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA) hace un llamamiento a la sensibilización general ante problemas y enfermedades como la malaria y alerta de la posibilidad de que puedan detectarse nuevos casos en España y en Europa a causa de la globalización, el desarrollo del turismo global y el transporte de mercancías. El calentamiento global de las temperaturas, por su parte, podría también llegar a alterar los agentes ambientales que influyen en la transmisión de la enfermedad, multiplicando las poblaciones de mosquitos o prolongando su época de actividad. Por estas razones, “es fundamental controlar adecuadamente aquellas zonas donde estén existan poblaciones de mosquito Anopheles”, apunta el presidente de ANECPLA, Pedro de Orueta.
España cuenta con unas normativas higiénico-sanitarias exigentes y mantiene altos estándares de salubridad, si bien no queda libre de los efectos de la globalización. Por ello, y dado el riesgo sanitario de esta enfermedad, ANECPLA reclama el aumento de las campañas de concienciación y una mayor sensibilización de las autoridades sanitarias para detectar los posibles casos que puedan producirse. ANECPLA insiste además en la necesidad de promover la colaboración entre administraciones, empresas y organismos del sector, y la cooperación internacional de los países, aumentando los mecanismos de control en puertos, aduanas y aeropuertos y las condiciones de salubridad y de los controles en los países que exporten mercancías para evitar la propagación de esta y otras enfermedades por todo el planeta. Así, el crecimiento de las grandes ciudades; el aumento de la población en estas zonas; el desarrollo de las rutas comerciales con países cuyas medidas de control no son tan estrictas como en España y los grandes viajes a países con deficiencias sanitarias constituyen los principales motivos de la aparición y expansión de las plagas.