Cucarachas, aves y roedores como agentes modificadores del diseño urbano (Artículo informativo para Diseño en la Ciudad).
El diseño de la ciudad es una de las principales causas de aparición de algunas plagas. La organización de los edificios, la instalación de los sistemas de alcantarillado o las zonas verdes son motivos por los que las plagas urbanas se convierten en problemas de salud, económicos y en muchos casos psicológicos. A todos estos factores hay que añadir el cambio de las temperaturas y las propias personas, que son otros elementos fundamentales que hacen a las ciudades muy vulnerables a la aparición de plagas.
La presencia de insectos, roedores o aves en las ciudades forma parte del normal desarrollo de nuestro entorno, sin embargo, constituyen un problema y se convierten en una plaga cuando su número se sitúa por encima de los niveles de tolerancia. Con especial relevancia en los últimos años, ciertas especies han demostrado notable capacidad de colonización y de adaptación al medio urbano generando nuevos problemas de cohabitación. El diseño de las edificaciones, el paisaje urbano, la climatología, el agua, los alimentos o la presencia de depredadores contribuyen a la generación de plagas en los espacios urbanos. Por ello, las demandas por parte de la ciudadanía de un control de éstas es cada vez mayor, ya que ninguna ciudad se ve libre de ellas.
El problema es que, en muchos casos, las plagas que hoy en día son una realidad aparentemente controlada podrían llegar a tener consecuencias drásticas en un futuro, en el caso de que no se ponga freno a algunas de las situaciones que nos presentan determinados invasores de la ciudad. Por ello, los profesionales del control de plagas, por medio de la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA), reclaman un aumento de las campañas de concienciación para fomentar la sensibilización sobre la importancia de estos problemas y alertan del riesgo sanitario que supone la no adopción de medidas correctoras para, si no acabar con estos problemas, ponerles al menos freno.
Cucarachas, mosquitos, roedores, aves, avispas y un largo etcétera son invasores capaces de elevar su número en muy poca franja de tiempo y convertirse en plaga, representando altos riesgos por llegar a transmitir enfermedades que pueden resultar graves o incluso mortales. Durante un tiempo, el desarrollo y avances en extinción de plagas permitió ponerle freno a muchas de ellas hasta eliminarlas o constreñirlas a lugares donde se las podía controlar. Pero hoy el peligro que se creía superado está resurgiendo, y esta vez, con más fuerza. Algunas especies, como ratas y cucarachas, se han hecho inmunes a los venenos. Otras, como las chinches, han recuperado territorios. Y otras, como el mosquito tigre, que llegó a nuestro país hace poco más de una década, están encontrando nuevas áreas de aparición, abriendo la puerta al contagio de enfermedades tan peligrosas como el dengue.
Evitar los riesgos de sufrir una invasión puede resultar algo muy complicado debido a la rápida propagación de algunas especies, pero en otras ocasiones, encontrar la fórmula será introducir pequeñas guías en nuestra rutina. Agua, comida y una óptima temperatura representan el paraíso de las plagas, de ahí que la principal pauta a seguir sea evitar las fuentes de humedad, calor y alimentación. Limpiar restos de comida de mesas, cerrar bien las bolsas y cubos de basura para evitar olores atrayentes, mantener una ventilación adecuada para eliminar olores, sellar grietas (fundamentalmente las que se hayan próximas a lavabos, fregaderos, sumideros, y zócalos), revisar los desagües, evitar el agua estancada y eliminar las malas hierbas y escombros de nuestro jardín serán las pautas más recomendables para conseguir que, al menos en la vivienda, no habiten plagas que pueden llegar del exterior. Aquellas que se encuentren en la ciudad solo pueden ser erradicadas por profesionales del sector, ya que en muchos casos las plagas se encuentran fuera de nuestro alcance para eliminarlas, de ahí que la elección de los tratamientos para combatirlas deba efectuarse valorando factores como el ciclo biológico en el que se encuentre la plaga, las condiciones ambientales, el nivel de infestación o la minimización del posible impacto sobre el medio, los animales y el ser humano.
Las plagas urbanas más comunes en ciudades con la subida de las temperaturas
Es necesario aumentar las medidas preventivas y los programas de mantenimiento y control durante estos meses, ya que muchas de estas especies no solo son fuente de molestias, sino que pueden constituir un riesgo sanitario muy grave. “No podemos acabar de raíz con el 100% de las plagas urbanas, pero sí evitar y controlar la intrusión de las mismas, preservando el medio ambiente, nuestra calidad de vida y la edificación y diseño de las ciudades”, señala la directora general de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta.
Las cucarachas son una de las principales plagas a combatir durante el verano por las empresas expertas. La Blattella germánica (cucaracha rubia, alemana o del café), la Blattaorientalis (cucaracha negra) y la Periplaneta americana (cucaracha americana, conocida como la “súper-cucaracha” por su tamaño) son las más comunes en España. Desde el momento de su detección, su control debe ser inmediato ya que se reproducen con gran rapidez y son transmisoras de enfermedades como la salmonelosis o la disentería. El no eliminar estas plagas durante los meses de verano puede constituir un problema de primer orden, especialmente para el sector hostelero, en el que puede suponer grandes pérdidas económicas.
Los mosquitos, por su parte, se convierten también en un verdadero quebradero de cabeza durante las noches de verano. Presentes en todas las áreas urbanas de España, los más habituales son el mosquito trompetero (Culex pipiens) y el mosquito tigre (Aedes albopictus) que, desde el año 2004,se ha extendido de manera significativa por Cataluña, la cuenca del Ebro y el área mediterránea, fundamentalmente.
Las ratas y ratones aprovechan el calor y la humedad estival para reproducirse y acceder al interior de viviendas y edificios, donde se sienten más confortables. Son feroces, muerden y potenciales transmisores de enfermedades causadas por los microorganismos que transportan como el virus Hanta, la peste bubónica, la salmonelosis o la leptospirosis, entre otras. La Rata Común (Rattusnorvegicus) es la más frecuente, junto a la Rata Negra, conocida como “rata de barco” ya que es exclusiva de zonas costeras y portuarias y el Ratón casero (Mus musculus), pequeño roedor de color gris, que suele vivir en el interior de los edificios. Presentes en todo el alcantarillado, realizan una función importante dentro del ecosistema urbano, por lo que será importante tenerlas bajo control, sin llegar a erradicarlas por completo.
Durante el verano comienza también la activación de los sistemas de refrigeración. En esta época las condiciones ambientales favorecen la proliferación de la bacteria de la Legionella, que entraña un riesgo real para las personas y causa problemas de infecciones cuando existe una elevada concentración de este organismo. La Legionella Pneumophila suele sobrevivir en espacios húmedos y se ha convertido en un riesgo latente para todos los edificios que posean torres de refrigeración, sistemas de distribución de agua caliente sanitaria, condensadores evaporativos o sistemas con aerosolización de agua, considerados como potenciales amplificadores de legionella y diseminadora de legionelosis. De ahí que las instalaciones turísticas, hospitales, clínicas o residencias de la tercera edad, balnearios, piscinas y polideportivos deban extremar la precaución especialmente en esta época como espacios susceptibles a esta bacteria.
Asimismo, las aves se encuentran entre uno de los principales problemas de plagas en las urbes. Éstas encuentran cobijo en las ciudades por ser hábitat muy atractivos por su temperatura, el fácil acceso a alimentos y por la ausencia de los depredadores. Su proliferación provoca importantes daños en el patrimonio urbano, causando desperfectos en monumentos emblemáticos. Ensucian balcones, anidan en los tejados, obstruyen los canalones de los edificios y erosionan la piedra de las construcciones con sus defecaciones. Además, las aves-plaga suponen una amenaza para infraestructuras, como los aeropuertos, que se ven obligados a activar planes para desviar estos pájaros en áreas conflictivas mediante la utilización de halcones que sobrevuelan las pistas o la modificación de hábitats, con el fin de evitar posibles accidentes. Ante esta problemática, Anecpla ha diseñado La guía de Buenas Prácticas para la gestión de plaga de aves urbanas que se encuentra disponible en la web de Anecpla.
Medidas de prevención y control
Ante todas estas posibles plagas y, cuando llegan a proporciones desorbitadas, ANECPLA recomienda acudir a los servicios de un profesional que debe cumplir los siguientes requisitos: estar inscrito en el Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Plaguicidas/ Biocidas; que sus productos utilizados estén registrados y autorizados por el Ministerio de Sanidad y Consumo; y que su personal técnico esté en posesión de un carné oficial que le acredite como especialista para desempeñar su actividad.
El asesoramiento profesional es un pilar fundamental para evitar riesgos y problemas de salud, ya que un mal uso de los productos es la principal causa de los problemas de intoxicaciones y enfermedades. Es básico implantar una cultura preventiva y fomentar la sensibilización y la concienciación ciudadana hacia una mayor prevención. También, como prioridad, ANECPLA propone promover entre la población un mejor conocimiento de este sector cada vez más profesionalizado, que ha de adecuarse a nuevas normativas, clientes y sectores de actividad, e incluso, a la aparición de nuevas plagas.
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Información a usuarios y profesionales:
ANECPLA
ANECPLA es la asociación estatal de control de plagas y vectores sanitarios. Constituida en 1992, asocia a más de 350 empresas que representan, aproximadamente, el 85% del volumen de facturación del sector en España, y cuyos principales objetivos se centran en la consolidación de un sector profesionalizado que vele por la salud pública y el medio ambiente y la lucha contra el intrusismo.
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