LA PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES, UN FACTOR CLAVE EN EL SECTOR DE LA GESTIÓN DE PLAGAS
Los sistemas de prevención laboral son un factor imprescindible a la hora de garantizar unos estándares mínimos de protección y responsabilidad laboral para los trabajadores de cualquier empresa, sea grande, mediana o pequeña,...
Así, el empleo de equipos de protección individual (EPI) es un requisito fundamental para todos aquellos trabajos que impliquen, en mayor o menor medida, un riesgo, sea este del tipo que sea, ante la imposibilidad de la eliminación total del riesgo mediante la sustitución de productos por otros inocuos o mediante la aplicación de medidas de protección colectiva en la mayoría de los trabajos de nuestro sector.
Desde la dirección de ANECPLA llevamos trabajando desde hace ya más de 25 años sobre la importancia de concienciar a las empresas de gestión de plagas y a sus trabajadores de la relevancia que conlleva la seguridad laboral en un sector como este, donde se trabaja de forma habitual tanto con animales de cierto riesgo como con sustancias químicas. Una labor de concienciación que se ha hecho efectiva a través de los numerosos cursos que se imparten al respecto de forma periódica por parte del Centro de Estudios de Sanidad Ambiental, CEDESAM, perteneciente a ANECPLA. Estos cursos y talleres especializados en seguridad laboral destacan por su calidad y profesionalidad y los acuerdos que para ello se han establecido con empresas punteras del sector, tales como, por ejemplo, la multinacional DuPont Protection Technologies, lo demuestran.
Próximamente estarán disponibles diversos cursos relacionados con la seguridad laboral, entre los que destacamos el ‘Curso de protección frente a riesgos biológicos de nivel 4’ (máxima bioseguridad), dirigido a técnicos de empresas de servicios biocidas y laboratorios o el ‘Curso sobre seguridad y salud en el ámbito de la gestión de plagas’, dirigido a trabajadores y trabajadoras del sector de la sanidad ambiental que deseen ampliar su formación.
La realidad es que los riesgos a los que están expuestos los técnicos de la gestión de plagas son muy variados, dependiendo de los productos que se empleen y del lugar donde se desarrolle el trabajo. Para empezar, los riesgos más básicos van desde la carga de materiales hasta el uso de escaleras, pasando por las caídas a distinto nivel, el propio transporte de mercancías peligrosas o la manipulación de sustancias químicas.
En este sentido, hay que partir de que, en el sector de la gestión de plagas, el uso de productos químicos y biocidas es inexorable y no todos entrañan el mismo nivel de peligrosidad. No hay que olvidar tampoco el riesgo que supone el manejo de máquinas y herramientas, el riesgo eléctrico, de incendio e incluso de explosión y todos aquellos riesgos derivados de la gestión posterior de los residuos.
El técnico de gestión de plagas ha de estar debidamente preparado para afrontar todos estos riesgos y tener capacidad suficiente como para neutralizarlos. Para ello, resultan imprescindibles una serie de equipos de protección adecuados al trabajo que se venga a realizar en cada momento. En el caso de riesgo químico, y para saber exactamente qué EPI hay que utilizar según la sustancia que se vaya a emplear: es de gran utilidad consultar la ficha de datos de seguridad (FDS) del producto en cuestión, donde se informa de las características del producto y se indica, en su apartado 8, qué equipo de protección se recomienda emplear. Sin duda, cuando más informado esté el trabajador sobre el equipo de protección que debe utilizar en cada momento, más aumentará tanto su bienestar como su seguridad en el puesto de trabajo.