CIERRAN EL HOGAR DEL JUBILADO DE BASOZELAI AL DETECTARSE UNA PLAGA DE CUCARACHAS


El Ayuntamiento de Basauri ha rescindido el contrato a la persona que regentaba el bar y ha fumigado el local
 
El club permanecerá cerrado mientras se celebra el concurso para su explotación
 
El Ayuntamiento de Basauri ha decidido cerrar el hogar del jubilado del centro cívico de Basozelai al detectar una plaga de cucarachas. Además, se ha rescindido el contrato a la persona que regentaba el bar del club por su supuesta responsabilidad en la aparición de estos insectos, según explicó ayer Arantza Osorno, delegada de Relaciones Ciudadanas del Consistorio vizcaíno.
Según Osorno, la plaga empezó a dejarse ver hace unos quince días. Al local acudían a diario numerosas personas mayores a pasar la tarde jugando a las cartas y tomando un café o charlando. Dada la falta de salubridad del establecimiento -las cucarachas suelen surgir a causa de la humedad-, el Ayuntamiento ordenó el «cierre cautelar indefinido» del club.
 
Refugio en el centro cívico
Fuentes municipales sostienen que las cucarachas han sido ya eliminadas después de fumigar el local varias veces. Sin embargo, el hogar del jubilado permanece cerrado y lo estará en las próximas semanas hasta que encuentren a una nueva persona que se haga cargo del establecimiento. Para ello, el Ayuntamiento ha elaborado los pliegos de condiciones para sacar la explotación a concurso público. Mientras, los jubilados que acudían a ese local han encontrado refugio en la cafetería del propio centro cívico. Allí pueden reunirse sin peligro de enfrentarse a cucarachas, aunque un cartel en la puerta advierte de que deben llevar sus propias barajas si quieren jugar a las cartas.
El pasado mes de junio se produjo un problema similar en la nueva oficina de atención ciudadana de la Policía Municipal de Bilbao, en la calle Colón de Larreátegui. Cuando apenas llevaba dos semanas abierta al público, empezaron a surgir bajo los armarios numerosas cucarachas y decenas de pequeñas moscas. La plaga se atribuyó entonces a la cercanía de varios restaurantes, ya que las instalaciones estaban recién pintadas. Los insectos fueron fumigados, pero resistieron al insecticida y reaparecieron.
Las cucarachas salían especialmente por las noches -la sede está abierta las 24 horas-. Los trabajadores, entre ellos policías que recogen denuncias de los ciudadanos, colocaron trampas de cartón dispersas por los 550 metros que ocupa el local, y contabilizaron hasta 15 cucarachas y montones de mosquitas.
 
Fuente: www.correodigital.com
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